Con autoría de Federico Bejarano y Alberto Vázquez, el libro aporta elementos teóricos y prácticos, testimonios y experiencias. Fue presentado como una obra puente, pasaje, diálogo.

“Es un libro vivo que nos invita a crear lazos sociales allí donde están más imposibilitados, que viene a cubrir una necesidad concreta”, dijo Mariana Pacheco, secretaria de la Cooperativa de Trabajo La Huella, sobre la obra “Emprendimientos sociolaborales en salud mental”.

Participaron de la exposición sus autores Federico Bejarano, impulsor de La Huella y la Red de Cooperativas Sociales; el fundador de la Asociación Civil Salud, Hábitat y Desarrollo, Alberto Vázquez. También estuvieron presentes el fundador de la Asociación Civil Incluir, David Burin; la investigadora del Conicet, Ana Inés Heras; el escritor Martín Evelson, corrector del libro.

“En esta obra se da la doble condición de una experiencia riquísima retratada, una conceptualización muy fuerte y a la vez, que hay muchas herramientas para usar el conocimiento de las cooperativas sociales o de los emprendimientos sociolaborales, o de cualquier tipo de grupo con mentalidad y asociación cooperativa que quiera generar un proyecto y ponerlo en marcha”, aportó Ana Inés Heras.

El libro cuenta con tres partes, en la primera se brindan herramientas para quienes quieran iniciar un proyecto sociolaboral para grupos que padecen de estigmas. En su avance presenta fichas con material legislativo; asimismo, incluye un capítulo que refleja la experiencia de diversos emprendimientos sociolaborales. “El arte que tiene el libro es el de compilar en un solo volumen, de fácil lectura, aporta una cantidad de datos, información y experiencia que es muy difícil de conseguir”, aportó David Burin.

Alberto Vázquez subrayó que “nos centramos en la figura del coordinador, para sacarlo más a la luz, son los interlocutores, son la gente con la cual se formó la Red, que hoy en día ascienden a más de 60. Es un personaje que mira afuera y adentro, fue iniciador de la mayoría de los emprendimientos de salud mental”.

“Me pregunto qué une mundos que están destinados a parcelas puedan ponerse en contacto”, reflexionó Federico Bejarano. También destacó el aporte de cada una de las personas aportantes de la obra. “La figura del coordinador no tiene prestigio dentro de las plataformas institucionales, es algo borrado. Lo nombramos de tres maneras, desde el rol- está ligado a la puesta del cuerpo-, desde la persona y desde la función. Es quien tiene la posibilidad de acompañar a otros y al mismo tiempo dejarlos crecer en su propio rumbo”.

Remarcó el protagonismo de las y los coordinadores, también bajo el nombre de talleristas, operadores sociales, como profesionales; esta acción está vinculada con el carácter asociativo, es de características solidarias. “Por eso queremos vivir en el sistema cooperativo y no en otro modelo, esto es lo que nos une”, resaltó.

El corrector de la obra afirmó que se describen vínculos no verticalistas, en términos de acceso a los derechos de trabajo digno. “Destaco que estos lineamientos parten de la práctica, de ese campo de hechos y no al revés; no es teoría danzando sola, es la enunciación de una experiencia de vida”, cerró Martín Evelson.