Desde 2014 que apuntan a educar a la población para la separación en origen, realizan la recolección y diferenciación de residuos en 120 puntos diferentes de la ciudad. Actualmente llegan al tratamiento del 30 por ciento de la fracción reciclable.

“Este año incorporamos una cinta de 25 metros más, en altura, que nos permitirá tener a 50 socios más trabajando y eso va a demandar que podamos ir atrás de alguna cuadrícula de nuestra comunidad con una alta densidad poblacional y empezar una prueba piloto de hacer una recolección diferenciada, procesando gran parte de la fracción reciclable”, explicó el presidente de la Cooperativa de Trabajo Reciclando Conciencia Ltda., Carlos Méndez.

En relación de la respuesta de la población ante la problemática destacó que “toda la gente piensa que se termina el problema cuando la saca al tacho y es ahí donde empieza realmente”. Igual rescató que en 2014/2015 recolectaban 700 kilogramos por día y en 2023, en temporada alta llegan a siete mil o diez mil por día. “Hay un crecimiento constante, en pandemia se dio un poco marcha atrás porque tuvimos que sacar el programa de separación en calle pero estamos retomando” evaluó.

Reciclando Conciencia trabaja con un programa que denominan islas ambientales, que son cubículos de madera, de un metro cúbico, ubicados en diferentes puntos del partido de la costa, (que tiene una extensión aproximada de 21 por 3 kilómetros) y recorre Cariló, Valeria del mar, Ostende y Pinamar. “En esa franja trabajamos con grandes generadores, con los balnearios en verano, que tienen que cumplir una resolución provincial que los obliga a tratar los residuos”, acentuó Méndez.

Empleos verdes

Es uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) promovido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU). La Cooperativa de Trabajo emplea a 43 personas y en el 2022 recuperaron más de 1.500 toneladas de residuos. “Vienen con una variable de crecimiento de un 25% anual aproximadamente y eso tiene que ver con la capacidad mecánica que tiene la cooperativa. Esto se puede realizar por el crecimiento que tuvimos en maquinaria, compactadora, sampi (autoelevadora), infraestructura, playones”, detalló.

Un factor importante que remarcó para tener en cuenta es que a veces se pretende que una localidad separe 40 mil kg de residuos por día, se realiza la separación de residuos de bolsa negra y verde, eso tiene que estar acompañado de la capacidad operatoria, se tiene que contar con el capital humano, la maquinaria y la infraestructura.

“Nuestro camino fue en dulce de leche repostero, arrancamos al revés, hasta que en 2016 tuvimos el apoyo municipal que ya no nos pagaba con basura, sino que nos reconoce como proveedores de servicio, eso nos permitió proyectarnos financieramente, tomar deuda y poder ir creciendo en el patrimonio y en la educación ambiental de nuestro partido”.

Méndez sostuvo que el principal servicio es el tratamiento de residuos sólidos urbanos en el municipio y para otras entidades, pero que en transcurso de los años trabajaron con programas de diferentes áreas de la municipalidad que tuvieron que ver con dar talleres y capacitación, “laburamos en todos los programas que sea en pos de la comunidad”.

Hecho fundacional

Méndez es socio fundador de la Cooperativa y recordó que nació del activismo ambiental. “En un paro municipal en el 2010, cuando hubo 5 meses de paro y se formaron micro basurales por un montón de lugares, como vecinos decidimos accionar y logramos después de cuatro años crear la cooperativa de trabajo en 2014, que comienza a operar la planta de transferencia de residuos”.

“Cuando nos enteramos dónde van a parar los residuos, pusimos el foco en una gestión integral, porque vimos que algunos residuos no tienen viabilidad económica ni trazabilidad sustentable, así que buscamos la manera de agregarle valor para que, la huella de carbono, que causa su tratamiento o transporte no sea negativa”, amplió.

Otro de los recursos que tienen es el mercado de pulgas, que en sus inicios, contó el presidente de Reciclando conciencia, tenía que sacar y guardar las cosas cada sábado y eso llevaba mucho tiempo y personas. Entonces armaron una infraestructura afuera con caños de luz reciclados y chapas para que quede un espacio fijo. “La gente viene se sirve, pasa por la oficina y entre ellos negocian el precio, siempre hay algo que le sirve y siempre alguien tira algo que sirve, esto genera un ingreso que nos permite sostener a la cocinera, porque almorzamos todos los días juntos”, celebró.

Generar alianzas

“La primera parte involucrada es la gubernamental, tiene la responsabilidad de promover programas de separación de residuos y crear plantas de clasificación. Luego la empresa, tiene su responsabilidad social ambiental (RSA), porque son generadoras de muchas maneras y si no tienen un tratamiento responsable, dependen de una cooperativa de trabajo que esa RSE sea cubierta, y no es menor la responsabilidad de cada uno, todos somos generadores de residuos, es transversal y no puede depender de un grupo de personas, el saneamiento de una ciudad y la salud del medio ambiente. Necesitamos laburar en conjunto y generar alianza”, argumentó.

Educar-comunicar

A su vez, puntualizó el doble trabajo de comunicación, por un lado se va formando y creando la cooperativa, “hay una diferencia entre formar y armar una cooperativa”, remarcó. Y por otro lado, en simultáneo se va educando a la sociedad a un consumo responsable, y para llegar a ello, tiene que haber una educación ambiental.

“No es lo mismo que yo trate de venderte un velador de plástico reciclado a 10 euros en Suiza, que venderlo a 10 dólares en argentina, porque acá te dicen está hecho con basura, te parece que me cobres eso. Detrás viene toda esa educación, de que esa basura no fue a un cielo abierto, que cuida el medio ambiente, que genera empleo y a su vez necesita ser rentable”, ejemplificó.

En los casi 10 años de historia, la Cooperativa de trabajo recibió un estimado de 10 mil estudiantes. Sólo que en los primeros años no realizaron la métrica de las visitas escolares, recién en los últimos años. Los datos que compartieron fue que en 2021 pasaron 2500 estudiantes, en 2022 fueron 1404 y en 2023 llegaron a mil.

El cooperativista mencionó la importancia de las visitas de las escuelas y también de las redes sociales en el proceso de educar.

En este sentido, agregó un dato sobre el área de Huerta y compostaje, que “se potenció con dos voluntarios, un ingeniero agrónomo y una diseñadora, que hace un año están trabajando allí y lograron buenos resultados”. Uno de ellos es un banco de semillas para producción propia.

“Cuando vienen las visitas de los chicos, que tienen como concepto de la lechuga nace de los cajones, acá se le muestra lo que se hace el residuo orgánico y cómo nace una planta, esa comunicación se la llevan y está bueno”, calificó.

La cooperación

En cuanto a la conciencia del trabajo asociativo de quienes integran la entidad, Méndez reconoció que “tenemos un alto porcentaje de rotación, entendemos que trabajar con residuos no es para cualquiera, si no tenés la camiseta puesta, la misión y visión bien marcada…este año capacitamos un grupo que probablemente el año que viene, el 30%, ya no esté, pero cada vez que podemos, lo hacemos”.

Reciclando conciencia es parte de la Federación de Cooperativas de Trabajo Ltda. (Fecootra) e integra el Consejo de Administración. “No es fácil de entender el cooperativismo, se vive y se va formando. Además, considero que el exceso de democracia en el sistema cooperativo, puede ir en contra del funcionamiento, no todos lo entienden. Tenemos un desarrollo de más de 14 años, hay quienes estamos desde el minuto cero y hay quienes llegan y tienen un sampi para mover un fardo y no comprenden que cuando empezamos eso lo hacíamos empujando, y hoy nos duele la cintura, no sé si se entiende, no es para todos”, concluyó.

Fuente: Elaboración propia a partir de entrevista realizada por Radio Municipal Marcos Paz (Marcos Paz, Buenos Aires).