La Cooperativa de Trabajo Arqueoterra Ltda. forma parte de proyectos de investigación y difusión sobre Arqueología, Antropología, museología e historia. Sus espacios de acción directa son la Reserva Provincial de Santa Catalina en Lomas de Zamora, en la Isla Martín García en el Río de la Plata y en Gualeguaychú, Entre Ríos.

La Cooperativa Arqueoterra lleva adelante de forma directa algunos proyectos con sus integrantes de forma presencial y también, cuenta con cooperativistas que son de otras provincias para realizar tareas específicas. Además, buscan mantener vínculos institucionales con algunas comunas y cooperativas de esas provincias.

Uno de los integrantes de Arqueoterra, Diego Aguirre, contó que “los proyectos son llevados adelante por nosotros en las áreas donde trabajamos, y hacemos convenios y acuerdos con otros equipos de investigación para difundir qué cosas están produciendo en la Argentina a nivel de las ciencias sociales especialmente en Arqueología, Antropología, Museología e Historia”.

Otra faceta de la Cooperativa, y que es una fuente de ingreso y de difusión, es la realización de talleres para escuelas, para organizaciones intermedias en ámbitos específicos. Por otra parte, de acuerdo a la Ley Nacional de Patrimonio Arqueológico, “las empresas que socaban el suelo están obligadas, en el marco de los proyectos de impacto ambiental, a convocar arqueólogos para saber si hay sitios arqueológicos en aquellos lugares a los efectos de la recuperación del patrimonio”, informó Aguirre.

Con sede legal en la Ciudad de Buenos Aires, la Cooperativa cuenta con integrantes distribuidos en distintos lugares del país. “En origen fue una cooperativa fundada por arqueólogos, luego fuimos sumando antropólogos y en el presente también está integrada por otros profesionales de las ciencias sociales como museólogos e historiadores, con lo cual se convirtió en un proyecto interdisciplinario de investigación y de difusión de nuestros trabajos, que se van desarrollando en la Argentina”, explicó.

Para este año, sus integrantes esperan sostener los proyectos en curso y en el caso de Aguirre, está encargado esencialmente del proyecto de la reserva de Santa Catalina en Lomas de Zamora, aunque además participa de otros proyectos.

Uno de los que mencionó fue el proyecto Arqueoexplora, que consistió en la recopilación de información arqueológica y folclórica por la zona sur de Santiago del Estero y norte de la provincia de Córdoba, durante el verano. “La idea sería difundir parte de lo que pudimos recopilar y mantener, posiblemente para agosto. Lanzar una nueva campaña de excavación en el Sitio Mazoti 1, en el que venimos trabajando y obteniendo materiales bastante interesantes”, exclamó.

Realizó un llamado a la solidaridad a quienes quieran ayudar a sostener las investigaciones autogestivas, “si hay empresas o personas interesadas, más allá de que tengamos vínculos con determinados niveles del Estado, con universidades. Si nos contactan al celular, nos mandan un mensaje con la colaboración y difundimos por las redes sociales”.

Primera colonia escocesa

El arqueólogo y cooperativista, es responsable del proyecto de investigación en la Reserva de Santa Catalina, una reserva provincial donde está asentada en la actualidad la Universidad Nacional de Lomas de Zamora. “Mantiene algunos predios antiguos de la Universidad de La Plata, que tiene una importancia histórica arqueológica, allí transitaron, vivieron, interactuaron, comerciaron y lucharon los pueblos originarios de la región pampeana bonaerense, como por ejemplo los querandíes, quienes vivían en tiempos previos a la conquista española y europea”, detalló.

Mencionó dos grandes hitos de nuestra historia. En 1825 se funda la primera y única colonia escocesa que hubo en la Argentina, en el solar de Santa Catalina en tiempos del gobierno de Rivadavia. En 1881 se crea el primer Instituto Agronómico veterinario de la Argentina.

Una aclaración que realizó en relación al primer hito fue, “escoceses en Argentina emigraron antes de 1825, pero que convivieran en una colonia, en un predio específico, fue la primera y única vez que se dio, a pesar de que duró poco tiempo, impulsaron y lograron el decreto en el gobierno de Rivadavia sobre la libertad de cultos, institucionalizando a la Iglesia presbiteriana británica, básicamente escocesa, pero después también aparecieron las inglesas, que fueron las primeras que se reconocieron además de la Católica”, relató.

La colonia duró poco, por dos razones fundamentales, fundamentó el arqueólogo, “se fundó bajo el gobierno de Rivadavia, en el marco de la guerra con el Brasil y los vaivenes políticos y económicos de las entonces provincias unidas del Río de la Plata, en tiempos de lucha entre unitarios y federales. Y a su vez, esos colonos también funcionaron en una especie de comunidad cerrada que les impidió interactuar con la población criolla a la cual le tenían que vender sus productos que básicamente eran agro-ganaderos”.

Y continuando con el segundo hito, en 1881, dijo “Estábamos en un proyecto político y una matriz económica diferente, de la mano de la Generación del 80, cuando esos pensadores, funcionarios políticos, comenzaron a pensar que la Argentina necesitaba tener investigadores propios en el ámbito ganadero y por el avance con esa política de la industria agropecuaria, se comenzó a formar a ingenieros agrónomos por primera vez”.

Fuente: Elaboración propia a partir de entrevista realizada por programa Bienestar y otras yerbas, en Agenhoy Radio (Florencio Varela, Buenos Aires).