“La Cooperativa ya tiene 63 años en la localidad de San Martín de los Andes. Fue sumando trayectoria y servicios cooperativos que surgen de las necesidades de los vecinos o cuestiones no atendidas de la comunidad. Hace 33 años que gestiona lo que es un centro cultural, teniendo la única pantalla de cine de la zona, abarcando también Villa La Angostura, Zapala y demás. Una de las asignaturas pendientes tenía que ver con la educación tecnológica. No teníamos un espacio donde niños, adolescentes y adultos puedan estudiar sobre tecnología, o incluso un espacio de relación para quienes estamos trabajando en tecnología. Hace un año que la Cooperativa crea este espacio para estudiar sobre tecnología”, explicó el coordinador de la Cooperativa Telefónica y Otros Servicios Públicos y Turísticos de San Martín de los Andes Ltda., Carlos Caldarone.

Sobre el origen y la actualidad de la Cooperativa, indicó: “Esta Cooperativa tiene más de 110 empleados, tenemos 4300 asociados. Esto inicia en 1961 con la necesidad de traer el teléfono a la localidad, que era muy chiquita en ese entonces, y que hoy es el principal proveedor de internet de la región”.

El Centro Cultural que gestionan se encarga de realizar talleres educativos para todas las edades, que son dictados por el mismo personal de la empresa: “Pensamos justamente arrancar desde los siete años y cada espacio está diseñado específicamente para que aprendan, para que adquieran diferentes disciplinas tecnológicas afines a su forma de aprender. El espacio para los más chicos es un espacio de tecno experimentación: Ellos vienen con la curiosidad de hacer todo, hacer videojuegos, videos, imprimir 3D, armar robots, y en este espacio a partir de su curiosidad, se va trabajando distintos conocimientos que quien sabe que ese proyecto se transforme en una profesión. En el caso de los adolescentes, tiene que ver con grupos de afinidad. Tenemos el equipo de robótica, el de desarrollo de juegos y el de arte y diseño donde se expresan a través del arte digital y los nuevos medios”.

Este espacio de aprendizaje también está pensado para el adulto, con cuestiones más relacionadas al trabajo y lo profesional: “El espacio de adultos está mucho más alineado a lo que son las cuestiones laborales. Desarrollan distintas disciplinas relacionadas a perfiles de búsqueda, a profesionalizar sus distintas actividades. Estos tres espacios son talleres anuales, que se dividen en cuatrimestres. Los adultos tienen diseñados módulos, donde uno puede empezar con un módulo integral inicial donde adquiere los primeros conocimientos y después conecta otros módulos cada dos meses, se va sumando habilidades al conocimiento base”.

“A esta etapa la llamamos incubadora de emprendedores, porque tanto desde los chicos hasta los grandes fomentamos justamente el gen emprendedor. Que empiecen ellos a ver, a empatizar con lo que pasa alrededor suyo, en la localidad, en la región incluso y por qué no también algunas cuestiones que tengan que ver con aplicarse a nivel nacional o global. Que desarrollen esa empatía por aportar soluciones tecnológicas con sus conocimientos. Eso empodera mucho a los chicos porque cuando le decís que con eso que están haciendo, están aportando un granito de arena para esto, es impresionante”, concluyó.

Fuente: Elaboración propia a partir de entrevista realizada por Radio La Compañía (Tandil, Buenos Aires).

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