La Cooperativa Agrícola Monte Nativa Limitada se está dedicando a la producción de jengibre, en cantidad y calidad, en asociación con otras especies y destacando el cuidado agroecológico de la tierra. Las y los productores reciben entre 400 y 600 pesos por kilo en la comercialización de esta especia que se cosecha a un año de plantarse.

Si bien el mayor público demandante de las raíces está en Buenos Aires, aún toda la producción misionera es escasa para satisfacer la necesidad nacional. También aparece cierta desigualdad en los ingresos que genera este bien, ya que las y los productores reciben por kilo hasta unos 600 pesos, o menos, según los canales de comercialización, mientras en las ciudades el kilo se encuentra por encima de los mil pesos.

“Como todos los cultivos, el jengibre tiene sus cuestiones complejas y sus desafíos en particular. En nuestro caso lo trabajamos con policultivos (varios mezclados) tratando de hacer una agricultura sintrópica, que significa ir generando ambientes, ordenando en sustratos o en sucesión. De esta forma es como encontramos la forma de cultivarlo sin tener que agregar suplementos químicos, ni infraestructuras de medias sombras que se utiliza en otros espacios productivos”, comentó el productor e integrante de Monte Nativa, Matías Bertone.

El representante explicó que, en general, el jengibre se va cosechando hacia la salida del invierno, aunque puede conservarse desde el año anterior e irse cosechando a la medida que se necesite. “La planta tiene un periodo de germinación de unos 9 meses, hasta formar la raíz. Cuando va llegando el otoño-invierno la planta va madurando. Este año con el retraso de las lluvias tuvimos que demorar podas y nos afectó la producción pero pronto vamos a empezar a cosechar. En el invierno la planta tira sus hojas y toda la savia se concentra hacia la raíz”.

Detalló que a partir de allí es el mejor momento para extraer esa raíz y hacer tinturas, debido a que allí se encuentra la mayor concentración de sus componentes. El jengibre y la cúrcuma tienen compuestos que son medicinales, y son los principales usos que tienen estos cultivos. “Por eso es importante hacerlos de forma agroecológica para que todos esos componentes estén sin contaminación química”, expuso.

Cúrcuma y mucha variedad

En la Cooperativa, anteriormente se pudo desarrollar la producción de cúrcuma a gran escala, con una producción que rondó los 5 mil kilos.

Además están iniciando el cultivo de hongos comestibles con propiedades medicinales y están evaluando una gran variedad de propuestas que van desde porotos, café, yerba mate, flores, frutales, y otras muy diversas plantas que crecen asociadamente en los terrenos. A ellos también se suman hortalizas como brócoli o el más reciente e innovador kale.

Fuente: El Territorio.